Termina tu día en oración a Dios y agradece por la oportunidad de haberlo vivido, por encima de cualquier situación experimentada durante el transcurso del día. Ahora entrega tu noche al Señor repitiendo el Salmos 4:8 ¨En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado¨.